Como cada año durante el mes de septiembre tiene lugar el equinoccio de otoño. Una época del año en la que el verano da paso a días más cortos, y a temperaturas más bajas para que el invierno se instale poco a poco en nuestras vidas.

Este fenómeno astrológico tiene influencia en nuestro estado de ánimo, se trata de una etapa para la búsqueda del equilibrio donde la melancolía puede hacerse dueña de nosotros si no sabemos como pararle los pies.

El equinoccio de primavera forma parte del viaje del sol. También se conoce como equinoccio vernal y representa el único día del año en el que el día y la noche tienen la misma duración. Permanecen en perfecto equilibrio y a partir de ese momento el sol comienza a volverse más poderoso y los días comienzan a ser más largos. Esta situación culmina en el solsticio de verano, el día más largo del año y es entonces cuando el sol comienza a perder intensidad, volviéndose los días menos luminosos.

El equinoccio de otoño también denominado autumnal, es el momento en el que la noche y el día vuelven a durar lo mismo, pero a partir de este día el sol se repliega y la noche gana la batalla para dar lugar a días cada vez más cortos.